Intervencionismo: un mal hábito al que nos hemos acostumbrado.

En economía existen dos grandes bloques de pensamiento diferenciado, por un lado nos encontramos a los liberales, que defienden las doctrinas y políticas del libre mercado, lo que todos conocemos como el “Laissez Faire” y por otro lado se encuentran los intervencionistas que defienden políticas económicas de control sobre los mercados, estas políticas derivan en el socialismo y en el comunismo. 

En la actualidad estamos viviendo cómo algunos de los gobiernos europeos incluidos España se acercan cada día más hacia el intervencionismo, las regulaciones y la imposición de trabas y tasas que generan problemas económicos. La razón por la que los países se acercan a estas doctrinas es por el miedo infundado que hay hacia los mercados y su funcionamiento, por norma general vivimos en sociedades donde preferimos que nos lo den todo hecho y no tengamos que calentarnos la cabeza para nada. No seré yo quien critique el “Estado de bienestar”, pero es verdad que una cosa es tener un Estado de bienestar que garantice unas condiciones mínimas y otra muy diferente es que lleguemos al punto de que lo que se esta haciendo es garantizar el “Bienestar del estado”. 

Las políticas económicas que se están llevado a cabo no hacen más que engordar a los Estados y desincentivar a la iniciativa privada. Tenemos que tener claro una cosa, es lo privado quien mantiene lo público, por lo tanto si se cercena lo privado y se le pone trabas y problemas no se puede mantener un “Estado de Bienestar”. 

Para garantizar la iniciativa privada, los estados deberían apostar por menos intervencionismo y más libertad, menos políticas de gasto superfluo y más políticas de estabilidad presupuestaria, menos burocracia, menos trabas al comercio y menos impuestos confiscatorios. 

Para demostrar el funcionamiento y los resultados de estas políticas no hay más que ver los datos macroeconómicos de los países, observar como son aquellos países que han llevado a cabo políticas liberales, los que más han crecido, más se han desarrollado y donde el indice de desigualdad más se ha reducido, porque el mercado, por mucho que se insista en su perversión, no es malo en esta película, de hecho en muchas ocasiones los conocidos como “Fallos del mercado” son provocados por el afán intervencionista de querer tenerlo bajo su control. 

La solución reside en la libertad, en hacer y dejar hacer, la intervención acaba provocando lo que se supone que viene a evitar, desigualdad y el empobrecimiento de las economías. 

Creo que como sociedad deberíamos quitarnos ese miedo hacia los mercados y darle la oportunidad, donde se ha apostado por la libertad, ha funcionado, ¿Por qué aquí tiene que ser diferente? Por intentarlo que no quede, en nuestra mano está. 

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