El pasado viernes 29 de mayo el Consejo de Ministros aprobó el Ingreso Mínimo Vital, como no podía ser de otra manera el Gobierno lo vendió como “uno de los mayores avances sociales de la historia de España” y la oposición se posicionó en contra por lo que califican como “una medida ineficaz y que traerá más problemas que beneficios”.
La cuestión reside en saber que efectos económicos reales puede tener esta medida, ¿Será positiva? ¿Negativa?.
Bueno para ello habrá que empezar por explicar cómo afecta la introducción de una medida de este tipo a la función de la Demanda Agregada y que efectos tendrá esta sobre la producción (PIB).
La producción se compone de los siguientes factores:
Y= C + I + G + X – M
Donde C es consumo, I (inversión), G (gasto público), X (exportaciones) y M (importaciones).
A través de la función de producción y una serie de pasos macroeconómicos obtenemos la función de la demanda agregada:
DA= Y= a – b (R-r)
Una vez tenemos esta función tenemos que indicar cómo funciona, en este caso la producción a corto plazo dependerá de un parámetro «a» que se ve afectado por los cambios que se producen en las variables (C,I,G,X,M), un parámetro «b» que mide la sensibilidad del cambio del tipo de interés, «R» que es el tipo de interés y «r» que es el rendimiento del capital.
Gráficamente obtendríamos la curva IS de la siguiente manera (gráfico 1):

La curva IS de este modo depende del tipo de interés y de la producción, si el tipo de interés aumenta, la producción disminuye y viceversa.
Hasta aquí hemos supuesto la curva sin tener en cuenta el Ingreso Mínimo Vital.
Pero, ¿Cómo podemos tenerlo en cuenta?
Pues se puede tener en cuenta el efecto del Ingreso Mínimo Vital como un shock en la demanda. Obtendríamos la siguiente función:
Y= a+ uY – b (R-r), siendo «uY» el shock que incluye este efecto.
Para seguir, habría que pensar ahora cómo afecta este shock (u otro) a la curva IS, pues bien, la introducción de shocks producen desplazamientos de la curva a la derecha en caso de un shock positivo y hacia la izquierda en caso de uno negativo.
Ahora bien, ¿Cómo podríamos saber si es positivo o negativo?
Pues teóricamente podemos decir que un incremento de la renta es algo positivo por lo tanto se produciría un desplazamiento hacia la derecha aumentando así la producción, ¿Entonces deducimos que es positivo?
No tan rápido, este aumento de la renta supone un incremento del gasto y por lo tanto es un factor a tener en cuenta. Siguiendo la Equivalencia Ricardiana, una persona guía su consumo teniendo en cuenta su renta presente y futura, por lo tanto tendrá en cuenta que el Ingreso mínimo vital, supondrá un gasto futuro que habrá que pagar ya sea mediante impuestos o un endeudamiento del Estado. Por lo tanto, si este nuevo ingreso supone que las personas reduzcan el consumo para ahorrar y poder pagar en el futuro, lo que está haciendo el IMV es el efecto contrario, va a producir una contracción de la demanda, dicho de otra forma, de la producción, o bien, se dé el caso que un efecto anule el otro y nos mantengamos en estado de equilibrio (ee).
Entonces de esta manera teórica solo podemos suponer sus posibles efectos, pueden ser positivos o negativos, o en un caso extremo neutro. Pero si nos ponemos ahora en una situación real, en la situación de España en la actualidad, podemos hacernos una idea de qué consecuencias o qué hipótesis es la más probable.
Ahora bien, todo este análisis lo hacemos sin tener en cuenta la pertinente repercusión que este shock (el IMV) tendrá sobre la PM (política monetaria), con más que posibles subidas del tipo de interés real y de la inflación. En este articulo estamos desarrollando un análisis básico para explicar sus efectos en términos de producción y PIB y los desplazamientos de la curva IS.
Volviendo al caso de España, hoy en día nos encontramos en medio de una de las crisis más graves jamás conocidas, la del coronavirus. Nuestra producción se reduce, las variables antes explicadas han caído sustancialmente en estos últimos meses (excepto el gasto público) por lo tanto esta medida lo que puede hacer no es más que agravar la situación, ya que se consumiría menos teniendo en cuenta que es un gasto futuro que afrontar. Si a lo anterior le añadimos ya la deuda y el déficit público existente en nuestro país, no haremos más que seguir ahorrando.
Ahora bien, dicho esto, el IMV no es en sí una medida negativa cuando se lleve en una situación en la que el Estado pueda acometer el gasto sin contraer más deuda o subir impuestos, pero España desgraciadamente no es el caso. Vivimos un estado hipertrofiado por el gasto superfluo y que como vemos continuamente supone un palo en la rueda a la hora de crecer económicamente.
Como conclusión, en este caso, la implantación del IMV se ha llevado a cabo de una manera de propaganda política, se puede estar más o menos de acuerdo en la aprobación de este, pero económicamente no es el momento ni son las formas de implantarlo, y de verdad, espero equivocarme pero creo que esto no va a hacer más que frenar la recuperación económica.